miércoles, 8 de junio de 2011

EL CONSUMO DE SAL ES REALMENTE IMPORTANTE?

Una investigación reciente sobre el consumo de sal en la población general deja serias dudas sobre la importancia de reducir su consumo para evitar las enfermedades cardiovasculares. Los resultados fueron publicados en la revista JAMA (Journal of the American Medical Association), evaluaron casi cuatro mil personas durante 8 años midiendo su consumo de sal y los resultados fueron sorprendentes y paradójicos: se presentaron mas muertes en las personas con ingesta baja (cuatro veces mayor la mortalidad). Si bien la restricción funciona en algunas personas hipertensas que se consideran sensibles al sodio, parece  que en la población general puede incrementar los niveles del sistema Renina-Angiotensina-Aldosterona. La activación de este sistema genera un incremento en el riesgo cardiovascular pues produce fibrosis y respuestas inadecuadas de los vasos sanguíneos.

Los estudios que proponen disminuir el consumo de sal en la población general utilizan modelos de computador para predecir los riesgos y hasta el  momento no hay estudios sobre el terreno real que demuestren beneficio.

Los investigadores proponen ademas que la reducción en la ingesta de sal puede incrementar la actividad del sistema nervioso simpático, disminuir la sensibilidad a la insulina, activar el sistema renina angiotensina y estimular la secreción de aldosterona. Todas estas respuestas fisiológicas son dañinas para el corazón.

El debate con respecto al estudio no se ha hecho esperar. Los análisis históricos han mostrado que la cantidad diaria de sal ingerida es de 9 gramos en los últimos 50 años y las recomendaciones hablan de disminuirlo a 6 gramos en la población general y a 4 gramos en los hipertensos. Antes de que existiera la refrigeración para conservar los alimentos (invento de la nevera), la mayoría de las comidas tradicionales como los quesos, carnes de res y cerdo, pescados y vegetales eran preservados en sal. Esto equivalía aproximadamente a 20 gramos de sal diario y se disminuyó a la mitad después de la segunda guerra Mundial. Si bien la población de hace 50 años era mas delgada y tenía mas actividad física, la enfermedad cardiovascular no era tan predominante.

De hecho se arguye que la alimentación Mediterránea que tanto recomendamos tiene un 40 % mas de sal que la dieta típica norteamericana.


La discusión seguirá abierta por muchos años pues hacer un estudio demandaría incluír grandes grupos poblacionales y su costo no seria asumido facilmente.


En mi práctica profesional solo restrinjo la sal a los pacientes hipertensos de muy difícil control o a los que presentan edemas (piernas hinchadas) durante un episodio de descompensación de su falla cardíaca.




MAURICIO PINEDA GOMEZ
CARDIOLOGO

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